jueves, 10 de febrero de 2011

NOMADA EFIMERO "LA POBLA DE MONTORNES"

Fotos realizadas por TONI
Otra vez me encontraba para afrontar un nuevo reto, se me brindaba la oportunidad volver a tener la experiencia única de crear un nuevo Nómada Efímero.
Pero esta vez tenia claro donde tenia que estar, mi amigo Ramón que había colaborado a crear los dos últimos anteriores, me propuso la idea esta vez de hacerlo en su casa que tiene en la Pobla de Montornes situada por la parte de Tarragona, ofreciéndome un espacio casi protegido.
Así que elegimos un día que fuera propicio para los dos, ese día mágico fue el 21 de Noviembre del año 2010 (luego os daréis cuenta por que fue un poco mágico, seguro que los astros estaban a nuestro favor en ese momento).
Así que temprano de buena mañana nos dirigimos hacia su casa, teníamos toda una jornada por delante y una buena perspectiva para que fuera un día completo.
Nada mas llegar a nuestro destino y después de los saludos pertinentes a la familia, nos dirigimos a encontrar el mejor emplazamiento dentro de su terreno para ubicar la escultura.
Una vez encontrado, ahora ya solo nos faltaba el material para construirla, para ello nos fuimos a inspeccionar los bosques que hay a los alrededores, que son muchos.
Totalmente mediterráneos y con la diversidad de árboles que los caracterizan pronto encontramos suficiente material, y con un cargamento considerable, teníamos el maletero de mi coche hasta los topes, de troncos, ramas y piedras y con todo eso volvimos a su casa.
El siguiente paso era su construcción, para esta vez, a parte de los materiales que siempre uso agregue un elemento mas, fue hilo blanco de algodón, utilizarlo me abrió un abanico de nuevas posibilidades, a parte de mejorar la sujeción de troncos y ramas, podía colgar piedras donde quisiera, pronto surgieron formas imposibles de equilibrio, creando un entramado semejante a una tela de araña, y quedando de esta manera todavía mas vistoso por el color blanco del hilo.



La escultura iba tomando forma con un sin fin de piedras colgando como si fueran frutos, y hasta nos arriesgamos en añadir unos huesos de animales que encontramos en el bosque, así de esta manera dio un aire todavía mas prehistórico, como un altar de ofrenda a los dioses.
Parecía muchas cosas, pero a mi me evoca un pórtico a otra dimensión de un tiempo remoto, sacado de un sueño un tanto perturbador (acordaros de la pelicula las Brujas de Blair).



Poco a poco, con los últimos retoque del final el arco entrelazado de la maraña de ramas e hilos, subió a la categoría de arte, cobrando así vida efímera, en ese equilibrio frágil y de una plasticidad asombrosa que nos dan los Nómadas siempre irrepetible.
Ya finalizada la escultura como hacia de costumbre, me encargue que todos los detalles fuera recogido por el ojo curioso de mi cámara, para revivirlo las veces que fueran.








Esta vez después de ya dado por terminado todo el trabajo, no tenia que volver a casa caminando ni pensar demasiado en cavilaciones, estaba en casa de mi anfitrión y como invitado me esperaba un suculento “arroz” para comer, hecho por su madre que es toda una especialista el ellos.


La comida transcurrió afablemente saboreando todo lo que teníamos en el plato y bien regado por un vino poco conocido, pero que no es por eso, no dejase de ser esplendido, cosechado solo para escogidos.
Luego mas tarde nos despedimos de todo el mundo y yo personalmente de su madre por tan calurosa acogida, pero antes de marchar tuve unos momentos de reflexión a solas con el Nómada Efímero que quedaba allí, dándole un ultimo vistazo junto con un adiós y un hasta siempre.
Sabia que duraría lo que fuera, y que su efímera vida dependía toda por el tiempo y la dureza de los elementos, pero los días que se mantuviera en pie los llevaría con toda su dignidad, estaba seguro de ello, aunque yo no lo viera.
El tendría la suerte de estar allí presente viendo los amaneceres y las puestas de sol de aquel vello paraje.

A Ramón y a mi ya solo nos quedaba una cosa para terminar un día redondo, era asistir a un concierto, por el cual habíamos esperado bastante tiempo.
Había terminado el día con la sensación de haber hecho las cosas bien hechas.
Ahora a día de hoy, las últimas noticias son que La escultura Efímera todavía se mantiene en pie, han pasado casi 3 meses, y para mí esto es una gran proeza de resistencia, me llena de alegría y emoción que una construcción tan frágil sea posible verla mantenerse en pie tanto tiempo, ver que lucha contra los elementos climáticos, a pesar de la vida efímera que tienen.
Pero al fin al cabo, pensándolo bien, no difieren demasiado de los seres humanos las esculturas, hay una similitud en nuestra vida y en la suya, tanto nosotros como ellos tenemos una fecha de caducidad, también somos efímeros.
Por lo tanto, disfrutemos de lo que tenemos y del momento, procurar pensar en positivo e ir avanzando en este proceso de crecer creando, en definitiva yo intentar hacer más Nómadas Efímeros e procurar que duren el mas tiempo posible en pie, para que todo el mundo pueda contemplar este arte espontáneo y lleno de vida.
Toni

NOMADAS EFIMEROS "LLUÇA"

Fotos realizadas por RAMON y TONI
1º NOMADA EFIMERO "LLUÇA"
El 6 de Noviembre del 2010 nos trasladamos a los tranquilos parajes del LLuçanes, en una zona envuelta de bosque de encinas y robles centenarios al pie del castillo de Lluça y de una curiosa iglesia románica redonda del año 988, allí se encuentra ubicado Can Curtius, para nosotros aquel sitio seria un perfecto campo base de actuaciones, y realizar la experiencia.
Ya situados en aquel mágico entorno, todavía dormido y envuelto por una suave neblina. Propuse que después de descansar del viaje y sin perder más tiempo de hacer una visita al bosque en búsca de madera y piedras para la construcción del que seria el primer Nómada Efímero de aquella zona.





De nuevo sentía que las ideas me bullían en la cabeza y las quería poner en práctica lo antes posible, esta vez contaba con la ayuda y colaboración inestimable de mi amigo Ramón, dicho de paso un fiel seguidor incondicional de la obra de los Nómadas de Tiempo desde el principio.
Sin más dilación nos pusimos manos a la obra, lo primero fue buscar un buen emplazamiento para poder construir lo que seria la base de la escultura, ya encontrado fue fácil, solo se tenia que recoger el suficiente material para su construcción, pronto lo tuvimos todo preparado para empezar (Hay una premisa en los Nómadas Efímeros, al ser un arte que nace de la espontaneidad del momento y que se nutre del material que esta en el entorno, la construcción tiene que ser rápida).
Así que en poco menos de una hora tuvimos terminada la primera escultura, quedaba situada al pie de un prado con una esplendida vista de Can Curtius y al lado del camino que lleva al castillo de Lluça.

















2º NOMADA EFIMERO "LLUÇA"
No demasiado lejos continuando el mismo camino, nos encontramos una enorme cepa cortada de un árbol que por su tamaño tendría que haber sido más que centenario.
Ahora tan solo quedaba la parte de la base, seca y retorcida por el tiempo, su aspecto de vejez para mi serviría a la perfección para otro nuevo reto en construcción de un Nómada Efímero totalmente diferente.
Como ya he contado en otras ocasiones la naturaleza nos brinda infinidad de oportunidades, solo hay que estar atentos a las señales y observar.
Estábamos en racha y teníamos que aprovechar el momento y el espacio que nos brindaba el entorno, sin perder ni un instante nos pusimos a la búsqueda de nuevo material.
Otra vez se volvía a suceder ese pequeño milagro de ver renacer un árbol de sus cenizas, esta vez en un Nómada Efímero un concepto nuevo de arte, que puestos a pensar tiene sus raíces en lo más primitivo, así que siguiendo las mismas pautas que en el anterior, en poco tiempo ya teníamos acabada la escultura.
Ahora tan solo quedaba un ultimo trabajo, el documentar mediante fotografías el proceso de su construcción.













Al día siguiente antes de marchar dimos el ultimo vistazo a las esculturas dándonos cuenta que todavía estaban en pie y en buen estado, allá quedaron expuestas a los elementos climáticos y animales, durante el tiempo que la naturaza desee o la mano del hombre juzgue su destino.
De todas formas ellas han cumplido ya su cometido, han dejado la impronta efímera y su magia que les da su nombre.
Toni